Los actos orales en cualquier tipo de procedimiento, y, especialmente, en el juicio oral, son actuaciones de especial importancia desde el punto de vista de la inmediación en los que el lenguaje verbal es determinante.

En la comunicación, como medio de transmisión de información, el destinatario del mensaje es el elemento esencial a valorar, motivo por el que el lenguaje se debe adaptar a cada uno de los diferentes receptores, con la finalidad de que éstos den una respuesta óptima a las pretensiones. Por otro lado, la persuasión siempre va dirigida al juez o tribunal por ser el órgano encargado de fallar en un sentido u otro en función de los hechos que finalmente resulten acreditados.

Teniendo en cuenta los diferentes destinatarios, las exposiciones deben realizarse siempre de forma ordenada, clara y concisa sin olvidar el objeto de la pretensión.

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